En la actualidad, uno de los recursos más utilizados por las grandes empresas, tanto a nivel nacional como internacional. para ganar dimensión y competitividad es la compra o fusión con una empresa pequeña. Provocando que las pequeñas empresas tengan un crecimiento exponencial.
Las grandes empresas empiezan evaluando el potencial de crecimiento y escalabilidad que podrían tener las pequeñas empresas para satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores, así de esta forma puedan afrontar a los competidores emergentes a largo plazo. Aunque lo más importante en el momento de la compra o fusión es saber encajar la cultura, el propósito y los valores estratégicos de las pequeñas empresas con las adquirentes.
Y siendo más específicos las preguntas más frecuentes a la hora de la compra o fusión son si la empresa ofrece una verdadera necesidad hacia el consumidor o solo son modas pasajeras, si es posible extenderse a mercados adyacentes con la compra y qué amenazas competitivas existen con las marcas emergentes entre otras.
EXTENDIENDO LA CARTERA DE CONSUMIDORES
Según el portal Bain & Company, marcas como L´Oréal, AB InBev, entre otras han creado carteras exitosas a través de la adquisición en serie de pequeñas marcas, que han logrado posicionarse en el mercado. Cuando una empresa adquiere una nueva marca, le brinda el soporte y la confianza de la adquirente, haciéndola llegar a nuevos puntos de venta a través de canales nuevos.
Pareciera un negocio redituable, pero comprender las intenciones a largo plazo de la empresa adquirente es el éxito del negocio. Existen empresas pequeñas que complementan cuestiones que a las grandes les falta, por ejemplo, enfoques hacia lo ecológico o saludable que ayudan o refuerzan los propósitos de las adquirentes.
En algunos casos, la compra o fusión simplemente se da por cuestiones estratégicas para evitar la competencia, prefieren absorber su competencia en lugar de atracarla.